El mes de agosto en el olivar está caracterizado por el estrés hídrico que sufre el campo debido a la falta de lluvias en estas fechas. Las aceitunas ya formadas deben aguantar este mes hasta que las temperaturas comiencen a bajar y el árbol vuelva a tener la energía necesaria para poder hacer crecer el fruto hasta su tamaño final, que se alcanzará en su fase final unos meses después, concretamente entre octubre y noviembre.
Como vimos en el artículo de: El olivar en julio, el verano representa un momento de parada vegetativa del olivo, ya que el árbol intentará ahorrar toda la energía posible para soportar las altas temperaturas. Los estomas de las hojas del olivo se cierran para ralentizar la transpiración hasta que las temperaturas vuelvan a bajar. Esta es la estrategia que el olivo usa para poder defenderse del calor.
En esta fecha podemos resaltar varios cuidados importantes que llevan a cabo los olivareros para ayudar al olivo durante estas duras semanas. Estos serán: el desvareto del olivo, los cuidados frente a la mosca del olivo y la protección de las cubiertas vegetales.
El desvareto del olivo o poda de verano.
El desvareto o desvaretado, consiste en la poda de las pequeñas ramas que crecen en el tronco del árbol. Gracias a esto se consigue que la savia del árbol llegue principalmente a las ramas que actualmente portan ya los frutos, por lo que ayudamos al árbol a repartir su savia de forma más eficiente para el crecimiento de la aceituna.
La mosca del olivo.
Al igual que veíamos en los otros meses de verano, la Mosca del Olivo sigue siendo un problema durante los meses de altas temperaturas. La Bactrocera Oleae, es probablemente la plaga más dañina que sufre el olivar, ya que daña directamente a los frutos. Al encontrarnos en un momento en el que la aceituna se encuentra en pleno crecimiento y con el hueso ya formado, estamos en un momento crítico respecto a esta plaga.
Las hembras de esta especie hacen cavidades en el fruto, donde depositan sus huevos para que las larvas se alimenten con la pulpa, lo que puede echar a perder una buena parte de la cosecha.
La importancia de las cubiertas vegetales.
Los meses de verano son momentos de muy alta incidencia de los rayos del Sol sobre el suelo, lo que provoca una gran sequedad y debilidad en el mismo, haciendo que se agriete y que pierda prácticamente toda su humedad. Las raíces del olivo necesitan de cierta humedad para que el árbol tenga energía suficiente, por lo que uno de los cuidados que más beneficia al árbol son las cubiertas vegetales.
Las cubiertas vegetales consisten en acumular ramas, hierba y hojas procedentes de podas anteriores para crear una masa vegetal al pie de los olivos, la cual proteja al suelo de la acción directa del sol y garantice la humedad que las raíces necesitan incluso en los meses más duros respecto a las altas temperaturas.
A la espera de la lipogénesis.
Con los frutos del olivo ya con el hueso terminado, el árbol espera la llegada del mes de septiembre, en el que las bajas temperaturas y la mayor humedad harán que el fruto crezca hasta alcanzar su tamaño adecuado.
En su crecimiento se producirá el fenómeno de la lipogénesis, el más importante en la producción de aceite de oliva, ya que durante las semanas que dura ese proceso, la aceituna comenzará a producir aceite en su interior.
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