El ácido oleico es un ácido graso monoinsaturado del tipo Omega 9, muy presente en el aceite de oliva virgen extra.
Si esta frase suena a chino para ti y lo único que has entendido es “aceite de oliva”, voy a intentar explicártelo en un lenguaje que podamos entender todos los mortales.
¿Ácido graso?
Gran parte de nuestra alimentación está compuesta por grasas. Y aunque su nombre suene muy mal y nos lleve a pensar en alimentación poco saludable, las grasas son completamente indispensables para nuestra adecuada alimentación. Como ya trataremos más adelante, hay grasas que son muy buenas para nuestro organismo, otras que no lo son tanto, y otras que directamente son malas.
A grandes rasgos, y para que todos nos entendamos, podemos decir que los ácidos grasos son biomoléculas que se encuentran en las grasas, siendo su componente fundamental. Por este motivo determinarán las características nutricionales de esas grasas.
En esencia una grasa será mejor o peor para nuestro cuerpo dependiendo en gran medida del tipo ácidos grasos que contenga.
¿Monoinsaturado?
Los ácidos grasos pueden ser de diferentes tipos. Para resumir mucho, y simplemente atendiendo a los aspectos nutricionales podemos decir que existen 4 tipos de ácidos grasos. Dos de ellos son saludables y los otros dos son menos saludables o incluso perjudiciales para nuestra salud.
Grasas saludables:
-Ácidos grasos poliinsaturados: En este grupo los ácidos grasos Omega 3 son los más valorados para la salud humana. No es raro que hayas oído hablar de ellos en múltiples anuncios publicitarios.
Se encuentran presentes tanto en alimentos de origen animal, como en alimentos de origen vegetal. Podemos encontrarlos en pescados como el salmón o el atún, y en frutos secos como las nueces. Hay estudios que afirman que incorporarlos en nuestra dieta de forma regular ayuda a reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, así como a evitar el deterioro cognitivo y enfermedades como el alzhéimer, además de ser de ayuda en controlar la diabetes, ya que hay indicios de que mejoran el nivel de azúcar en sangre.
-Ácidos grasos monoinsaturados: En este grupo se encuentran los ácidos grasos Omega 9, siendo uno de los más importantes el ácido oleico, el cual constituye el componente principal del aceite de oliva.
Hay múltiples estudios que han demostrado que ayudan a mantener en niveles bajos el colesterol malo o LDL, por lo que incorporarlos en nuestra dieta puede ser de gran ayuda a la hora de prevenir las enfermedades cardiovasculares. El aceite de oliva es uno de los alimentos más ricos en ácidos grasos monoinsaturados.
Grasas menos saludables o perjudiciales:
-Ácidos grasos saturados: Se encuentran principalmente en las carnes rojas, los embutidos y en la leche y sus derivados. Hay estudios que han asociado el consumo elevado de estos productos con un aumento del colesterol malo LDL, por lo que se ha recomendado un consumo moderado. No son malos en sí, y son útiles para nuestra dieta, pero la recomendación es controlar su consumo.
-Ácidos grasos trans: Se encuentran presentes en la comida rápida y en productos procesados, como la bollería industrial. Hay estudios que afirman que pueden ser perjudiciales para la salud, elevando considerablemente el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, así como otros problemas de salud. La recomendación es no consumirlos o hacerlo sólo de forma muy esporádica.
Beneficios para la salud del ácido oleico:
Se ha establecido que la cantidad de grasa que se recomienda consumir para una dieta saludable se encuentra entre el 30% y el 35% del valor calórico total de la dieta. Por este motivo, ya que un tercio de nuestra dieta debe estar compuesto por grasas, lo ideal es que la mayor parte posible de esa cantidad sean grasas saludables, y aquí es donde el ácido oleico juega un papel importante.
Ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares
El mayor beneficio para la salud del ácido oleico que haya sido estudiado hasta hoy es su capacidad para ayudarnos a prevenir enfermedades cardiovasculares al incorporarlo en nuestra dieta.
Esta función se debe a su capacidad para disminuir las lipoproteínas de baja densidad (LDL) o lo que conocemos como el colesterol malo. El estudio más conocido al respecto, y que a su vez está considerado como de mayor rigor científico es el Proyecto Predimed, el cual, tras 5 años de estudio, determinó que los pacientes en cuya dieta se incorporaba el ácido oleico a través del aceite de oliva, reducían en más de un 30% el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Otro factor muy importante que puede ayudarnos a entender los beneficios del ácido oleico a la hora de prevenir los problemas de corazón es su capacidad como hipotensor, es decir, como reductor de nuestra presión arterial. En 2008 se publicó un estudio realizado por la Universidad de las Islas Baleares en el que se demostraba que el consumo de ácido oleico en la dieta diaria estaba relacionado con una bajada de la presión arterial.
¡Pero cuidado! No basta con tomar alimentos ricos en ácido oleico.
A pesar de que sabemos que el consumo de alimentos ricos en ácido oleico es beneficioso para nuestro organismo, su consumo no tendrá este efecto en nuestra salud si no lo acompañamos de una dieta sana y de un estilo de vida saludable.
Incorporarlo en una dieta rica en frutas y verduras, con un consumo adecuado de carne y pescado, y realizar ejercicio de forma regular será de mucha ayuda para que podamos conservar una buena salud y que nos mantengamos alejados del médico una larga temporada.
Si has llegado hasta aquí y te interesa mucho este tema te recomiendo que leas este otro artículo donde entro más en profundidad en los Beneficios para la salud del aceite de oliva virgen extra, encontrarás también el enlace a las investigaciones al respecto.
¿Qué otras cosas aporta el ácido oleico presente en el aceite de oliva?.
El aceite de oliva, y en especial el Aceite de Oliva Virgen Extra, se encuentra a la cabeza de los alimentos con mayor contenido en ácido oleico. La cantidad de ácido oleico que contiene puede oscilar entre el 65% y el 80% de la totalidad de los ácidos grasos del aceite de oliva. Esta proporción dependerá en gran medida del tipo de aceituna utilizada en la elaboración del aceite.
La variedad Picual es la que ofrece aceites más ricos en ácido oleico, seguida de la Cornicabra, la Manzanilla Cacereña y la Hojiblanca.
El ácido oleico hace que el aceite de oliva sea más estable que otros aceites.
El ácido oleico (Omega 9) es más estable a la oxidación y a las altas temperaturas que otras grasas, como los ácidos Omega 3 y Omega 6. Por esta razón, en las frituras el aceite de oliva, al ser rico en ácido oleico es más estable que el aceite de girasol, el cual se compone en su mayoría de ácido linoleico (Omega 6).
La oxidación es el proceso que hace que las grasas se vuelvan rancias, afectando no solo su sabor y aroma, sino también su valor nutricional. Los aceites con alto contenido en ácidos grasos poliinsaturados son más propensos a oxidarse, especialmente cuando se exponen al calor, la luz y el aire. En cambio, el aceite de oliva virgen extra, gracias a su alto contenido en ácido oleico, mantiene su calidad durante más tiempo y resiste mejor estas condiciones adversas.
La estabilidad del aceite de oliva virgen extra no solo preserva su calidad nutricional, sino que también contribuye a una cocina más saludable. Cuando se utiliza para freír, no se descompone tan fácilmente como otros aceites, lo que resulta en una menor producción de sustancias tóxicas.
Espero que te haya interesado este artículo. Si tienes cualquier duda o pregunta siempre puedes contactar con nosotros en info@virgenextraencasa.com